Los probióticos son microorganismos que
tienen efectos beneficiosos para la salud, tanto de los seres humanos como de
los animales.
La Organización Mundial de la Salud los define como
microorganismos vivos, que administrados en cantidades adecuadas, ejercen un
efecto beneficioso sobre la salud del huésped.
En los últimos años, la investigación sobre
los probióticos ha progresado considerablemente, lográndose avances en la
caracterización de cepas probióticas concretas, en las cantidades y frecuencia
de administración necesarias para obtener un efecto beneficioso.
La mayor cantidad de investigación se ha
realizado en el campo de las enfermedades extraorales, pero en relación con las
patologías que pueden afectar a la cavidad oral existen numerosas áreas de
aplicación abiertas, como son las caries, la candidiasis, la halitosis y las
enfermedades periodontales, que requieren estudios de investigación.
Las cepas que se consideran probióticas son los
estreptococos, lactobacilos, bifidobacterias y levaduras.
Sabemos que en la cavidad oral hay presencia
de lactobacilos aunque en muy poca proporción, sólo el 1% de la microflora oral
cultivable. En cuanto a las bifidobacterias, son un grupo bacteriano
predominante en el intestino humano, pero constituyen una muy pequeña población
en la cavidad oral, incluso más pequeña que la de los lactobacilos.
Los mecanismos de acción de los probióticos
sobre la boca se espera que sean similares a los observados en otras partes del
cuerpo. Las bacterias probióticas orales deben adherirse y colonizar los
tejidos periodontales incluyendo las superficies duras, y debe convertirse en
parte del biofilm. No deben fermentar los azúcares, ya que posteriormente
disminuye el PH y puede ser perjudicial dando lugar a caries.
En la actualidad no hay pruebas para apoyar
estas sugerencias. De lo que sí hay pruebas es de que los probióticos ejercen
su efecto sin colonizar o sólo con una colonización temporal del huésped. Tan
pronto como se detiene su consumo, las bacterias probióticas son excretadas.
Incluso sin una colonización permanente, puede preverse que el uso repetido
diario de productos probióticos, durante un largo período de tiempo, favorecerá
un mayor nivel de cepas probióticas en la cavidad oral.
Los posibles mecanismos de acción de los
probióticos sobre el medio ambiente periodontal son: la modulación de las
denfensas del huésped, tanto de la inmunidad innata como de la adquirida ; la
producción de sustancias antimicrobianas contra patógenos periodontales; y los
mecanismos de exclusión competitiva.
Los probióticos pueden influir sobre el
biofilm oral, modificando la microbiología del mismo. Se han observado varios
mecanismos mediante los cuales los probióticos puede ejercer su acción:
regulando la inmunidad del huésped, produciendo sustancias con capacidad
antimicrobiana y compitiendo por el mismo nicho, ya sea impidiendo la adhesión
de las bacterias patógenas o bien mediante la competencia por los mismos
nutrientes.
Los probióticos que se utilicen para el
tratamiento de una determinada patología, como en el caso de la periodontal,
requieren que se compruebe su eficacia con estudios controlados y aleatorizados
en humanos.
En conclusión, los datos sugieren que los
probióticos pueden ofrecer oportunidades para manipular el biofilm oral, ya sea
mediante interacciones microbiológicas directas o mediante interacciones
inmunorreguladoras. Sin embargo, debido a todas las limitaciones, actualmente
es prematuro sacar cualquier conclusión sobre el significado clínico de estos
estudios.
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