Definimos bruxismo como toda
aquella actividad con movimientos no funcionales, ya sean diurnos o nocturnos,
en la que se aprietan, rechinan y crujen los dientes.
La prevalencia de esta patología
actualmente se sitúa entre un 8 y un 31%. El pico de incidencia de esta
parafunción se encuentra entre la adolescencia y los 40 años, disminuyendo a
partir de la 4ª década de la vida. Cabe destacar que el bruxismo es considerada
la más destructiva de todas las actividades parafuncionales del sistema estomatognático.
A la hora de diagnosticar, y
sobre todo tratar, el bruxismo debemos discernir entre el bruxismo diurno y
nocturno. Por un lado, en el bruxismo diurno o apretamiento, intervendrán
además de los músculos temporal y masetero, los pterigoideos externos e
internos; se observa una relación directa con acontecimientos estresantes y es
considerado más patológico.
Por otro lado, en el bruxismo
nocturno o rechinamiento, y a diferencia del bruxismo diurno, sólo intervienen
los músculos masetero y temporal. Se considera una parasomnia que aparece sobre
todo en las fases del sueño no REM y en ocasiones en la fase de sueño REM;
parece estar asociado con cambios fisiológicos relacionados con
micro-despertares parciales, y se caracteriza por sonidos audibles que alertan
de esta parafunción a los compañeros de habitación.
Existe una gran variedad de
signos clínicos a nivel de la región oral que nos pueden ayudar a orientar en
el diagnóstico del paciente bruxista; entre ellos cabe destacar las facetas de
desgaste parafuncionales, las erosiones cervicales, la movilidad de los dientes
periodontales, así como un ensanchamiento del ligamento periodontal, la
fractura y/o fisura de dientes y restauraciones, la indentación de los bordes
laterales de la lengua, la hipertrofia del vientre superficial del masetero y
del temporal anterior, así como la presencia de torus mandibulares, exóstosis
que han sido relacionadas directamente a un aumento de actividad parafuncional.
Los pacientes que padecen
bruxismo pueden referir síntomas tales como sensación de tensión/fatiga
muscular, limitación del movimiento, miositis o mialgias, dientes
hipersensibles, informe de sonidos nocturnos, cefaleas o dolor en cuello,
espalda u hombros. El dolor muscular por la mañana parece asociarse a un
apretamiento diurno y no a rechinamiento nocturno.
Teniendo en cuenta la etiología
multifactorial del bruxismo, el abordaje terapéutico de los pacientes debería
ser desde un punto de vista multidisciplinar. Odontólogos, psicólogos,
psiquiatras, fisioterapeutas, cirujanos maxilofaciales y/o neurólogos, deberían
colaborar conjuntamente para solventar este hábito parafuncional. Sin embargo,
la mayoría de los tratamientos sigue implicando la famosa férula oclusal o
férula de descarga.
Aunque bien es cierto que el uso
terapéutico de la férula de relajación aporta estabilidad mandibular y
relajación muscular, también es cierto que son numerosos los estudios que
constatan una pérdida de efectividad de dicha férula de descarga a medio/largo
plazo.
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