jueves, 29 de marzo de 2012

Enseñar buenos hábitos desde la infancia



  Para que tu hijo goce de buena salud bucodental, enséñale los buenos hábitos de higiene y alimentación desde su más tierna infancia.

¿Cómo se debe prevenir la caries infantil?
  Cuando salen los primeros dientes, es recomendable no endulzar el chupete ni dejar dormir al niño con el biberón en la boca. Después, conviene seguir una dieta mediterránea para tener unos dientes sanos, evitando los alimentos ricos en azúcares como los bollos, zumos azucarados, caramelos pegajosos, bebidas con gas o carbónicas...



¿Cuándo empezar con el cepillado de los dientes?
  Es recomendable usar un paño de limpieza húmedo para limpiar las encías después de cada comida, cuando es un bebé. Tan pronto como aparezca el primer diente –generalmente, entre los 5 y 8 meses de edad–, se puede comenzar a usar un cepillo de dientes suave en lugar del paño para la limpieza. A partir de un año, los niños deben estar familiarizados con el cepillado dental, permitiendo que sus padres realicen la limpieza de su dentadura. Conviene educar a los niños, desde los dos años, a cepillar los dientes tres veces al día, después de cada comida, para crearles un hábito. En un principio, la participación de los padres es fundamental hasta conseguir que el menor lo pueda hacer de forma correcta y autónoma.

¿A qué edad lo pueden hacer solitos?
  A partir de los 5 años son capaces de cepillarse por ellos mismos, pero aún así conviene que, al menos una vez al día un adulto repase el cepillado para asegurarse de que se limpia correctamente, además así se puede observar cualquier alteración que pueda aparecer.

 

¿Cuál es la técnica de cepillado más correcta?
  La técnica no es lo más importante, lo fundamental es cepillarse con la frecuencia diaria necesaria, mínimo tres veces al día, preferiblemente después de cada comida. Es muy importante que el niño se acostumbre a este hábito desde pequeño y que aprenda a realizarlo por sí mismo.
Respecto a la manera en la que se deben cepillar los dientes, hay que enseñar a los niños que es fundamental cepillar todas las partes de los dientes, las caras de dentro y fuera, sin olvidar los dientes de atrás. Se deben cepillar desde la raíz y con un movimiento vertical o circular hacia la dirección del borde del diente. También hay que enseñarles a limpiar sus encías y la lengua. Se puede completar la limpieza con hilo dental. Es fundamental que los padres den buen ejemplo y que, incluso, se cepillen juntos los dientes. Hay que tener en cuenta que a los niños les gusta imitar el comportamiento de los padres.

¿Es efectivo el sellado de los molares?
  Sin duda. Los niños que tienen sus molares cubiertos por un sellador tienen menor probabilidad de desarrollar caries que los niños en quienes no se usa sellador. Los selladores son los revestimientos en los surcos de las superficies de los molares y están destinados a prevenir el ataque ácido de la placa bacteriana que promueve la formación de caries en los surcos de las superficies de los molares, evitando su filtración y la correspondiente desmineralización del diente.

¿Se recomienda la fluorización?
Es recomendable poner flúor cada vez que los niños van a revisión. La fluoración sirve para fortalecer el esmalte dental disminuyendo su permeabilidad y haciendo más difícil que las bacterias den lugar a la caries. Además, el fluoruro también ayuda a reparar las etapas iniciales de la caries antes de que esta sea visible. Aunque el flúor es beneficioso a todas las edades, en los niños su aplicación aporta mayores beneficios.

¿Se pueden prevenir, a edades tempranas, los problemas de encías?
  La principal causa de la aparición de problemas de encías en tempranas edades es la acumulación de la placa bacteriana sobre los dientes y encías, principalmente cuando no se tiene higiene dental. Si la placa no es eliminada, se produce una inflamación en la encía y, por tanto, la retracción de las mismas. Por eso, es fundamental que los niños se cepillen tras cada comida para eliminar la placa.

¿Cada cuánto tiempo debe el niño acudir a revisión?
  Es importante acudir a revisiones periódicas para prevenir posibles caries o malformaciones. Conviene que con un año, el pequeño acuda al dentista para evaluar su desarrollo dental y en esta primera consulta, elaborar un plan preventivo para el futuro.



Clínica dental Maestro
Calle Uría 17, 2º izq. 33003 Oviedo, Asturias  telf. 985 230 775
Calle  el Sol 3, 1º izq 33870 Tineo, Asturias  telf. 985 801 617

jueves, 22 de marzo de 2012

El ratoncito Pérez



  A los peques de la casa la caída de los primeros dientes les hace muchísima ilusión. Es que muchísimas familias aún conservan la tradición que le dice al niño que ponga el diente debajo de la almohada cuando se vaya a dormir. Mientras el niño duerme, el Ratoncito Pérez se llevará el diente y en su lugar dejará un regalo.



Cuento del Ratoncito Pérez

  Pepito Pérez era un pequeño ratoncito de ciudad. Vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio. El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer.

  Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vio un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros..., parecía que alguien se iba a instalar allí.

  Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental.

  A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía el doctor José Mª. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón.

  Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina... Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso.

  Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos... Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.

  Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él.

  Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vio como el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada.

  Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande.

  El doctor se lo quitó y se lo dio de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: "Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente", pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar.

  El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada.

  Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo. A la mañana siguiente el niño vio el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio.

  Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

FIN



Si os gusta el ratoncito Pérez, podéis visitar en Madrid su Casa Museo. Aquí tenéis los datos para llegar a ella:

Dirección: calle Arenal 8, 1ª planta – Madrid

Horarios:
Lunes de 17 a 20hs
Martes a sábado: 11 a 14hs y 17 a 20hs.
Domingos y festivos: cerrado

Más información: Casa Museo Ratón Pérez





Clínica dental Maestro
Calle Uría 17, 2º izq. 33003 Oviedo, Asturias  telf. 985 230 775
Calle  el Sol 3, 1º izq 33870 Tineo, Asturias  telf. 985 801 617
 

  En realidad, esa tradición existe para calmar el posible dolor y el trauma que puede suponer la caída de un diente para algún niño. No sabemos qué sentido tiene el hecho de que un ratón se lleve los dientes de los niños. Sería fácil explicar a los niños que el ratón es coleccionista de dientes de niños, pero no sabemos cómo caería la explicación entre los mayores. Tampoco sabemos por qué se llama Pérez (tal vez sea una tradición sólo española).

  De todas formas el niño no se hace estas preguntas y menos aun si el ratoncito Pérez es generoso con él. Para la siguiente ocasión en que se le caiga otro diente el trauma será mucho menor, que es de lo se trata.

viernes, 16 de marzo de 2012

Las visitas al dentista....¿cuándo y porqué?



  ¿En qué consiste una evaluación o revisión dental?
  Una evaluación dental le permite a tu dentista examinar toda tu boca, incluyendo tus labios, tus encías, tu lengua, tus dientes y los huesos que sirven de soporte a tus dientes. Además, durante esta revisión tu dentista puede chequear si hay caries (picaduras), placa bacteriana o si tu encía está en buenas condiciones de salud.

  ¿Con qué frecuencia debes visitar al dentista?
  Se recomienda que vayas 2 veces al año. La primera visita al dentista de los niños pequeños debe ser antes de que cumplan los 3 años de edad.

  ¿Qué pasa durante la visita al dentista?
  El dentista examinará tu cara y los ganglios debajo de la mandíbula para ver si están hinchados, lo cual indica alguna infección. También revisará tu mordida, utilizará un espejo para examinar tu lengua y otros tejidos blandos que se encuentran en tu boca. Con un instrumento puntiagudo llamado explorador, el dentista examinará diente por diente en busca de caries y para determinar si hay rellenos o coronas.

  Para ayudarse, el dentista podría, en la primera visita sacar unas radiografías o rayos X para ver en detalle cómo están tus dientes. Los rayos X permiten ver si hay caries, destrucción del hueso y otros problemas que requieran tratamiento. Además, las radiografías permiten ver la posición de los dientes, y le indican si es necesario hacer alguna corrección.
  Para examinar si tienes gingivitis o periodontitis (enfermedad de las encías) el odontólogo utiliza un instrumento para medir la distancia de los espacios –si los hay- entre las encías y los dientes. Las encías rojas e inflamadas (hinchadas) y que sangran, indican que puedes tener gingivitis o periodontitis.
  El dentista te preguntará sobre tus rutinas de limpieza, ya que la higiene oral se refleja en la cantidad de placa o cálculo que hay en tus dientes. Si no tienes caries ni otras enfermedades en tu boca y en tus dientes y lo necesitas, el especialista te hará una limpieza profesional.

  La limpieza profesional se refiere a aquella que no haces en casa con el cepillo de dientes, la seda dental y el enjuague bucal. Implica una visita al consultorio odontológico, porque es más profunda. Este tipo de limpieza profesional es recomendable para mantener una buena salud de los dientes y de las encías. El objetivo principal es remover la placa bacteriana -la materia suave que se acumula alrededor de tus dientes y de tus encías- y el cálculo o sarro, la materia dura que se forma cuando la placa no es removida mediante el cepillado y el uso de la seda o hilo dental. El cálculo o sarro se remueve con un instrumento filoso. Luego, tus dientes son “pulidos” con una sustancia no abrasiva. De ahí saldrás con una sensación de frescura y una sonrisa renovada.

  Ahora que ya sabes un poco más acerca de qué consiste una visita al dentista, no sigas dejándola a un lado. No tengas miedo, visitar a tu odontólogo regularmente, es la mejor manera de prevenir y tratar cualquier problema que tengan tus dientes. Además, no sólo se trata de lucir una sonrisa hermosa, que es importante, se trata que sea sana. ¡Cuida tu salud oral!


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viernes, 2 de marzo de 2012

El mayor fraude de la historia, descubierto gracias a un dentista



 

El hombre de Piltdown es conocido por ser uno de los más grandes fraudes en la historia de la paleoantropología, principalmente porque se creyó verdadero durante cuarenta y cinco años, desde que se anunciara su descubrimiento en 1908, hasta 1953 cuando el fraude fue finalmente expuesto… 

Historia 

  La historia de este engaño comenzó y se basó en unos restos óseos (en concreto un cráneo parcial, un diente suelto y una mandíbula con dientes) descubiertos en Inglaterra en 1912, en Piltdown, un pueblo de Sussex. Un obrero los encontró en una cantera, y se los entregó al arqueólogo aficionado Charles Dawson, que los presentó, junto con el eminente paleontólogo Smith Woodward (del Museo Británico), en la Sociedad Geológica de Londres. Durante años, se mantuvo el debate sobre el origen de estos restos, y la prensa dijo que muy probablemente correspondieran al eslabón perdido, denominándolo Eoanthropus dawsonii. Estos restos fueron aceptados por la comunidad científica sin mayores análisis, debidos principalmente a que era perfecto e idéntico a la idea de aquella época sobre el eslabón perdido. La idea de esa época era que el eslabón tenía que haber tenido un gran cerebro pero igualmente presentar rasgos simiescos, y posteriormente haber evolucionado a una apariencia humana; idea contraria a la existente ahora y que presentan los fósiles verdaderos. 


Descubrimiento del fraude 

  No obstante, comenzaron a surgir cada vez más dudas sobre la antigüedad y el origen de esos restos. Finalmente, el dentista A.T. Marston, determinó que los dientes de ese esqueleto correspondían evidentemente a un orangután, el diente suelto a un mono y el cráneo a un ser humano (Homo sapiens): a partir de entonces, los análisis del contenido en flúor de los huesos demostraron que el enterramiento había sido intrusivo, así como que el color ferruginoso oscuro de los huesos se debía a un tratamiento químico, para uniformar las diferencias de color entre la mandíbula (más moderna) y el cráneo (más antiguo). Nadie sabe quién cometió el fraude, y algunos lo atribuyen a los descubridores originales, señalando sobre todo a Dawson, motivado por el hecho de que en las islas británicas no había sido descubierto ningún fósil humano, mientras que en el resto de Europa y fundamentalmente en África sí. Sin embargo, el profesor Douglas dejó a su muerte una cinta magnética en la que señalaba que el autor de la falsificación fue el archifamoso profesor Sollas, que pretendía con ello desprestigiar a su rival Woodward. A pesar del fraude, se ha erigido, por suscripción popular, en el lugar donde se descubrieron los huesos, un monumento honorífico a estos restos: el propio Woodward asistió a la inauguración. 
 


  Igualmente, existen teorías diversas que han atribuido la invención a algunos de los hombres más famosos de la época, incluyendo a Arthur Conan Doyle y a Teilhard de Chardin…







 
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