El
miedo al dentista es muy común en muchas personas. Automáticamente lo
relacionamos con dolor, nerviosismo y molestia. Este miedo habitualmente está relacionado con
algún problema bucal descuidado y generalmente acudimos al dentista cuando el
dolor es ya insoportable.
Según las estadísticas a dos terceras partes de la población no les gusta acudir al dentista, aunque solamente una quinta parte sufren odontofobia, que es como se llama a la fobia a acudir a este profesional.
Para aquellas personas que tengan respeto a acudir al dentista, sería bueno que piensen en dónde radica verdaderamente este temor, es decir que razonen sobre qué es a lo que verdaderamente le tienen miedo.
Miedo a tener cosas en la boca
Este es un miedo muy común. Es difícil, pero realmente ayuda mirar nuestros miedos en forma racional más bien que emocionalmente.
Piense en esto, nos colocamos en la boca objetos en todo momento: comida, bebida, chicles, cepillos de dientes y la crema dental, mondadientes.
En algún momento la mayoría de ellos fueron objetos extraños para nosotros. ¿Ha visto usted alguna vez a un infante escupir zanahorias trituradas fuera de su boca?, ¿o a un niño cuya madre está intentando enseñarle a comer con una cuchara como rechaza el utensilio y toma el alimento con sus manos?. En ambos casos el niño no está cómodo con las cosas que se le ponen en su boca. Por medio de la repetición y la costumbre el infante se acostumbrará al alimento, y el niño a sentir una cuchara que entra en su boca junto con el alimento
1) Durante una visita al dentista se colocan cosas en la boca del paciente, sólo por períodos de tiempo relativamente cortos. El malestar que ésto produce no durará por siempre. Mírelo con perspectiva, durante una visita de una hora al dentista le podrán colocar cosas en su boca por un total de 40 minutos. Generalmente se visita al dentista solo una vez cada seis meses. Calcule: seis meses son un total de 262.800 minutos. Cuando usted compara ambos períodos, 40 minutos no parece ser un largo tiempo dentro de todo.
2) Practique sentirse cómodo con “cosas” en su boca, ¡por supuesto con objetos inofensivos!. Pruebe con una cuchara sopera o una cuchara de postre. Sostenga la cuchara (el lado redondeado solamente) en su boca por períodos de 5 minutos cada vez. ¡La primera respuesta será .... Ugh!. Superar cualquier miedo necesita de práctica, y si usted es serio respecto a la superación del suyo, éste será un método simple.
Dolor
La odontología moderna ha mejorado a través de los años con las modernas anestesias. Es probable que no sea 100% libre de dolor, pero no está lejos de serlo. De cualquier forma, hoy día lo más que puede sufrirse en el dentista es una molestia perfectamente soportable.
Qué puedo decirle...... alguno hay de esos, pero afortunadamente son muy pocos. La mayoría de los dentistas son comprensivos e intentan ayudar al paciente y calmarle debidamente.
¿Es suficiente la comprensión?. Tal vez para algunos, pero para el paciente fóbico no es suficiente.
Los fóbicos al dentista necesitan más que comprensión. Necesitan entendimiento y paciencia. No es fácil para un fóbico tener que realizar un tratamiento. Alguna veces pasan semanas, meses o incluso años de preparación y duro esfuerzo para visitar por primera vez al cirujano.
Puede ser muy fácil romper, si existe alguna, la confianza del paciente fóbico. Incluso un leve retraso en la sala de espera puede parecer una eternidad, los miedos, dudas y el pánico pueden reaparecer. Si a esta altura el paciente fóbico no se retiró, su capacidad para manejar la situación ha caído enormemente, haciendo la atención más dificultosa para el odontólogo.
Sé que los retrasos son comunes, irritando a los pacientes normales, devastando al fóbico. Pequeñas y simples cosas, que le ocurren día a día al paciente no fóbico, pueden afectar en forma adversa al paciente fóbico.
Las agujas
Existe un gel anestésico que se puede aplicar en sus encías previo a la colocación de una inyección. Usted no sentirá que la aguja entra en su encía. Si la inyección se coloca lentamente usted no la notará.
Sentirse inmovilizado
Es común sentirse inmovilizado en el sillón del dentista, y los pensamientos de estar limitado conducen solo a pensamientos de escape. A partir de éstos se inicia la tensión y la ansiedad en el paciente fóbico.
Si nos detenemos a observar la realidad de la situación, quizás pueda ayudar a aliviar su miedo. Algunas sensaciones se basan en verdades.
Por ejemplo, si usted pierde a su abuela y está triste, esto es una sensación verdadera causada por un acontecimiento real y verdadero. Otras sensaciones, aunque se sientan como reales, son alimentadas por pensamientos inexactos. Usted se siente atrapado o inmovilizado en la silla del dentista, pero realmente no lo está. La realidad es que usted puede levantarse en cualquier momento, cuando lo desee. Usted no está atado, no hay fijaciones en sus brazos ni piernas.
No está esposado como un preso. Nadie le está apuntando con una arma obligándolo a permanecer exactamente donde está. ...usted no está sujeto al sillón de ninguna forma. Todas éstas sensaciones vienen de nuestros pensamientos. La tristeza que usted siente por la pérdida de su abuela es producida por su sentimiento de extrañarla. Las sensaciones del miedo y de estar limitado en un lugar vienen de sus pensamientos de estar inmovilizado.
Cuando usted sea presa de pensamientos de inmovilidad estando en el sillón del dentista, o simplemente sienta ansiedad al ir a una cita, recuerde la verdad, los hechos verdaderos: cuando usted está en la silla del dentista, puede sentirse incómodo, pero no hay absolutamente nada que pueda impedirle levantarse e irse si ésa es la opción que usted elige!. Por lo tanto no se sienta inmovilizado.
Es común sentirse inmovilizado en el sillón del dentista, y los pensamientos de estar limitado conducen solo a pensamientos de escape. A partir de éstos se inicia la tensión y la ansiedad en el paciente fóbico.
Si nos detenemos a observar la realidad de la situación, quizás pueda ayudar a aliviar su miedo. Algunas sensaciones se basan en verdades.
Por ejemplo, si usted pierde a su abuela y está triste, esto es una sensación verdadera causada por un acontecimiento real y verdadero. Otras sensaciones, aunque se sientan como reales, son alimentadas por pensamientos inexactos. Usted se siente atrapado o inmovilizado en la silla del dentista, pero realmente no lo está. La realidad es que usted puede levantarse en cualquier momento, cuando lo desee. Usted no está atado, no hay fijaciones en sus brazos ni piernas.
No está esposado como un preso. Nadie le está apuntando con una arma obligándolo a permanecer exactamente donde está. ...usted no está sujeto al sillón de ninguna forma. Todas éstas sensaciones vienen de nuestros pensamientos. La tristeza que usted siente por la pérdida de su abuela es producida por su sentimiento de extrañarla. Las sensaciones del miedo y de estar limitado en un lugar vienen de sus pensamientos de estar inmovilizado.
Cuando usted sea presa de pensamientos de inmovilidad estando en el sillón del dentista, o simplemente sienta ansiedad al ir a una cita, recuerde la verdad, los hechos verdaderos: cuando usted está en la silla del dentista, puede sentirse incómodo, pero no hay absolutamente nada que pueda impedirle levantarse e irse si ésa es la opción que usted elige!. Por lo tanto no se sienta inmovilizado.
- Las revisiones periódicas (cada 6 meses), te ayudarán a detectar cualquier problema a tiempo y tratarlo más fácilmente.
- La tecnología ha avanzado lo suficiente para que los instrumentos dentales causen cada día menos dolor.
- Si el taladro te causa temor, te recomendamos acudir al dentista con tu ipod, walkman, discman o radio con audífonos para que puedas poner la música que te guste y te relaje .
- La confianza en tu dentista es básica. Si tienes dudas sobre la capacidad de él, te recomendamos buscar otra opción.
- No dudes en hacer todas las preguntas que tengas sobre tu estado de salud bucal, de esta forma te será más fácil entender qué tratamiento necesitas, cuánto tiempo llevará, cuánto te costará y cuán molesto o doloroso puede ser.
- Llévate un libro o revista que disfrutes y te relaje mientras esperas. No tengas pena de indicarle al dentista, cuando algo té esta doliendo o molestando, ésta es la única forma en la que él puede cambiar o suspender de momento el tratamiento.
- Cuando lleves por primera vez a tu hijo, explícale lo que es un dentista, cuál es su trabajo y cómo lo hace, de esta forma tu hijo no experimentará nada que no sepa de antemano
Estas notas han sido confeccionadas basándose en el libro de Rose VanSickle, "Paz del cuerpo, paz de la mente".
Clínica dental Maestro
Calle Uría 17, 2º izq. 33003 Oviedo, Asturias telf. 985 230 775
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